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por OXO Innovation
26 septiembre 2021

La importancia del lenguaje inclusivo

A muchas mujeres no les molesta el uso genérico y predeterminado de los pronombres masculinos o de ciertas palabras o frases como «el hombre». Después de todo, las leyes que emplean los pronombres masculinos siguen protegiendo sus derechos, y palabras como «bombero» y «cartero» no impiden que las mujeres tengan estas profesiones. Estas palabras reflejan un pasado sexista, por supuesto, pero hablamos de los derechos actuales de las mujeres. Mientras podamos tener igualdad (o reclamarla) en la práctica, ¿a quién le importa lo políticamente correcto?

Pues resulta que las palabras sí son importantes. Si eres lingüista como yo, es probable que ya sepas esto de forma intuitiva, pero también lo respalda la ciencia. Especialistas en ciencia cognitiva como Lera Boroditsky demostraron que el lenguaje puede moldear nuestra forma de pensar, y varios estudios sugieren que el uso del lenguaje inclusivo en cuanto al género influye en los prejuicios y los comportamientos de las personas en la vida real.

El lenguaje sexista refuerza las actitudes sexistas

Sucede en ambos sentidos. El lenguaje moldea nuestra forma de pensar, y nuestra forma de pensar moldea nuestro lenguaje. Una gran parte del lenguaje sexista evolucionó como un reflejo del punto de vista (ahora considerado arcaico) que la sociedad tenía sobre el género. Se consideraba que solo los hombres eran personas plenas, por lo que, ciertamente, la palabra «hombre» pasó a ser el reemplazo de «persona». Asimismo, la construcción «hombres y mujeres» es muchísimo más común que «mujeres y hombres», ya que, por convención, se menciona primero lo más importante. Un estudio sobre cómo las personas usan ciertas frases con dos palabras que denotan género (como «hombres y mujeres» o «madres y padres») concluyó que es más probable que se mencione primero a las mujeres en contextos relacionados con la familia o con la escuela que en contextos de negocios. Esto presupone que las mujeres cumplen un papel más importante en la casa que en el trabajo.

Si seguimos usando un lenguaje sexista, reforzamos de manera inconsciente los estereotipos sexistas que este supone, aunque nuestras intenciones sean buenas. Si bien todos saben que no quisiste decir que las mujeres viven en la cocina, este tipo de lenguaje puede tener un efecto negativo. Otro estudio, por ejemplo, demostró que el uso del masculino genérico en un aviso de empleo hizo que las aspirantes mujeres se sintieran menos incluidas en ese entorno profesional y menos motivadas a la hora de solicitar el puesto en comparación con un aviso que ofrecía el mismo cargo y que usó términos inclusivos, a pesar de que las mujeres sabían que el pronombre masculino pretendía incluirlas.

El lenguaje inclusivo y no sexista tiene el efecto contrario

Aquí es donde el asunto se vuelve más interesante. Un estudio reciente sobre hen, el pronombre neutro del idioma sueco, determinó que el uso de este nuevo pronombre redujo los sesgos cognitivos que favorecen a los hombres y aumentó los sentimientos positivos hacia las mujeres y la comunidad LGBT.

En el estudio, dividieron a los participantes en tres grupos, les presentaron el dibujo de una figura de palitos paseando a un perro y les pidieron que escribieran una historia breve sobre la ilustración. A un grupo se le indicó que use hen, a otro han (él) y, al tercero, hon (ella). Luego, el equipo de investigación les pidió a quienes participaban que escribieran una historia breve sobre alguien que quisiera postularse para obtener un cargo político (esta vez, no se les dio ninguna indicación sobre qué pronombres debían usar). Por último, quienes participaron respondieron preguntas relacionadas con su opinión sobre las mujeres y la comunidad LGBT.

El equipo de investigación concluyó que quienes habían tenido que usar hen en el primer ejercicio tendían a imaginar que quien se postulaba para el cargo político no era un hombre y expresaron más opiniones positivas sobre la comunidad LGBT.

Consejos para emplear el lenguaje inclusivo en la escritura

Ahora que no tienes ninguna duda sobre la necesidad de dejar de lado viejos hábitos lingüísticos, te presentamos algunos consejos que te ayudarán a emplear el lenguaje inclusivo en la escritura y que no se limitan solamente al uso de «él o ella», que funciona bien en algunos casos, pero que, a menudo, hace que el texto quede algo tosco y además excluye a las personas de género no binario.

1. Evita expresiones androcéntricas.

En vez de «Estamos atravesando la etapa de mayor crecimiento tecnológico en la historia del hombre», escribe «Estamos atravesando la etapa de mayor crecimiento tecnológico en la historia de la humanidad».

2. Recurre al uso de cláusulas u otras estrategias lingüísticas.

En vez de «El gerente general es responsable de las operaciones. Sus tareas principales incluyen…», escribe «La gerencia se encarga de las operaciones. Algunas de las tareas incluyen…».

3. Usa sustantivos genéricos.

En lugar de «Este mes celebramos el Día del Niño» escribe «Este mes celebramos el Día de la Infancia».

La gente lo hace cuando habla. Suele hacerse en textos poco formales, pero también se usa en textos legales para referirse a sustantivos comunes.

4. Usa sustantivos de género neutro.

En vez de «enfermera», escribe «personal de enfermería».

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