Las ventajas de la conversión de texto a voz
Incluso para las personas muy apasionadas, la traducción y la revisión son tareas que demandan mucha concentración y que cansan mucho los ojos. Todos sabemos, por experiencia, que nuestro nivel de concentración fluctúa constantemente por la influencia de diversos factores, como el estrés y la fatiga. Y cuando los ojos ya no ven con claridad, un texto que era cautivador, ¡nos lo perdemos! Sabiendo esto, ¿qué podemos hacer cuando debemos entregar un documento, pero tenemos dificultad de concentrarnos o hasta de leerlo?
La tecnología brinda hoy en día soluciones que pueden facilitarle el trabajo a los expertos del lenguaje, especialmente la conversión de texto a voz. Gracias a esta tecnología, usted puede confiarle la lectura de sus obras primas a Hortense, o a alguna otra voz, cuando esté desconcentrado para leerlas.
No se trata de un atajo arriesgado, como podríamos pensar. De hecho, la neurociencia nos enseña que esta técnica permite sobre todo sacarle provecho al modo como funciona el cerebro humano. En el marco de un estudio publicado en 2019 en el Journal of Neuroscience, ha sido demostrado que los mecanismos cerebrales y las áreas del cerebro que se usan para la comprensión semántica son prácticamente los mismos cuando un texto se percibe de manera visual, por la lectura, o de manera auditiva, por la escucha. El estudio concluye asimismo que las representaciones semánticas resultantes son casi idénticas en ambos casos.
¿La conversión de texto a voz es complicada? Para nada. Agregue simplemente el icono Leer en voz alta en la barra de herramientas de acceso rápido en Word. De este modo, la próxima vez que empiece a ver borroso, o que haya agotado su «cuota de lectura», será suficiente seleccionar el texto que quiere en Word y hacer clic sobre el icono para que su robot preferido se lo lea…
Por supuesto, esta funcionalidad no hará el trabajo por usted ni reemplazará sus habilidades. Ella resulta muy práctica para las verificaciones finales, dado que nos permite asegurarnos que la sintaxis está correcta, que el texto se lee bien y que el enlace de las ideas está claro. Y eso no es todo: facilita también la detección de equívocos, palabras en demasía o faltantes, e incluso errores de puntuación. A medida que la computadora va leyendo, subraye las partes para revisar y vuelva a ellas al final.
¡Haga la prueba! Los resultados podrían sorprenderlo y aliviarlo al mismo tiempo, y escuchar su trabajo podría provocarle una agradable satisfacción.